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Hábitos

Cómo practicar el dominio propio

Un hábito es un patrón de conducta involuntario que se adquiere por repetición continua. Posteriormente, hábito llegó a significar “patrón de conducta adquirido por la repetición continua que refleja el carácter de una persona”. En la Biblia encontramos entretejido este mismo concepto: Los hábitos definen nuestro carácter. Si somos cristianos, estamos llamados a revestirnos con el hábito de Cristo, para que realmente podamos reflejar su carácter.

LOS HÁBITOS PUEDEN SER BENÉFICOS Y PROVECHOSOS  O  PUEDEN SER MALOS Y DESTRUCTIVOS.

Un perro pastor alemán puede entrenarse para ser cómplice feroz de un complot perverso. Sin embargo, ese mismo perro, con su asombrosa inteligencia, puede adiestrarse para ser guía y fiel compañero de los ciegos. ¡Esa es una conducta aprendida! De la misma manera, los hábitos son conductas aprendidas que ejercen una enorme fuerza en la vida y pueden ser para bien o para mal. Los hábitos pueden ser cristocéntricos o egocéntricos… virtud o vicio… bella o bestia en potencia.

La mayoría de nosotros somos muy buenos para justificar nuestro comportamiento. Somos tan eficientes en ello, que muchos de nuestros hábitos indeseables permanecen ocultos… ¡aun para nosotros mismos! Quizá escondemos la verdad pensando: “En realidad no se nota, ¿que hay de malo en ello?” Los corintios tenían su propio lema. Decían:“Todo me es lícito”.

Sin embargo, Pablo advierte que aunque ya hemos sido liberados de la condenación de la ley, somos responsables de los hábitos “desequilibrados”, es decir, de los que se salen de control. Considere la siguiente pregunta: “¿Me dominan mis malos hábitos?

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La Hábitos

Dios Dice

“ O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. (1 Corintios 6:19-20)

Más versos
1 Corintios 6:12, Eclesiastés 7:18, 2 Pedro 2:19, Salmo 139:23-24, Romanos 6:11